No todos se pueden jactar de decir que su amor a la cocina es genuina otros si, la verdad es que todo comienza con el gusto, la vocación y si se decide estar en este rumbo: se logra estudiar. ¿Quién no recuerda aquellos sabores tan intensos de la comida sabrosa de la abuela o mamá?
Todo comienza en la niñez, al estar en un país que es rico en gastronomía, porque en todo el mundo se le reconoce como una de las cocinas más importantes y fundamentales que existe, desde nuestros antepasados la cocía ha tomado fuerza, se ha hecho de un camino en la cultura y tradiciones mexicanas, desde el chocolate, los elotes y tortillas que son parte de la alimentación diaria de la sociedad de esta nación, que está ligada a su cocina y sus alimentos.
Cada estado de la República Mexicana cuenta con su propia comida, identidad que le hace distinguirse, pues desde el norte hasta el sur la comida es tan abundante que a quien visita cada uno de los estados, puede ser participe de la relación comida humano, su amor al sazón y gastronomía famosa como en Puebla y los chiles en nogada, que representa una historia contada por muchos años, quien diría que hasta la comida tiene su propia historia y está ligada a la relación humana que se ha dado desde siempre.
Estados como Guadalajara, las tortas ahogadas que son distinguibles y únicas entre otros platillos que abundan en la región. Todo el sur manifiesta su usos gastronómicos desde tiempos prehispánicos, por ejemplo: a los mariscos y pescados que pueden disfrutarse en diferentes presentaciones como el pescado a la veracruzana que con el jitomate, cebolla y aceitunas resaltan su sabor.
Todo esto inevitablemente tiene que influir porque no sólo es la comida de alta calidad: servida en los mejores restaurantes, también se trata de los sabores que cada uno de nosotros recordamos y repetimos en el hogar, porque hasta una simple sopa de fideo, puede despertar pasiones y vocación para el amor a la cocina, porque si todo empieza desde que somos niños, conforme crecemos podemos aprender a saber cocinar y repetir la recetas.
Es universo, la gastronomía es ello, y siempre ha de ser así, al amar la cocina se ama todos sus elementos, se está abierto a probar y saber de los sabores de México y porque no de forma internacional. Ahora se dice que de la vista nace el amor y un platillo presentado a un público que gusta de la comida, bien puede juzgar de forma objetiva que platillo ofrece las posibilidades de sobresalir, pero repito puede una simple sopa causar una impresión en cualquier comensal.
Si al pasar los años después del amor se despierta una pasión por la cocina, hay muchos que optan por seguir cocinando y deciden estudiar una carrera de gastronomía, donde amplían su conocimiento y se dan cuenta de que eran lo que estaban buscando, sin más, el camino continua porque la cocina se reinventa con la mano de quien la produce.
La pasión y el amor a la cocina la conocen quien la practica desde la sierra más lejana en Guerrero, con aquellas mujeres que en comal cuecen tortilla con sabrosos frijoles, hasta los restaurantes más caros de México, eso es pasión y quien lo hace es porque le gusta, es por ello que la comida queda exquisita.
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